Después, plasmó sus manos en un folio y nosotros completamos las flores que ella hizo dibujando pétalos del color que quisimos.
Y después del recreo, cuando volvimos a clase, nos tenía preparada una sorpresa. Bajó las persianas, quitó la luz, y... la pintura de las flores era mágica, ¡brillaba con luz negra!
No hay comentarios:
Publicar un comentario